jueves, 5 de noviembre de 2009

13º Cap. Preguntas sin respuesta.


*Marie P.O.V.*

Mi interior chillaba en rebeldía. El destino se estaba riendo de mí. Querí gritar hasta quedarme sin voz y llorar hasta quedarme sin lágrimas. Sacar la angustia y la impotencia que me quemaban por dentro a cualquier precio. Deseaba alejarme de él como fuera posible. Sin embargo, ahora resultó ser el profesor de mi asignatura favorita.
Dora y yo nos separamos, para ir cada unas a sus respectivas clases. Yo tenía español a primera hora, y a segunda historia.
Caminé sin ánimo hasta el aula de idiomas y entré. Mat se levantó y llamó mi atención señalando el asiento que me guardaba a su lado.

- Buenos días Mat. Gracias por guardármelo - le besé la mejilla y después me senté a su lado.
- De nada Marie - me respondió con su acento femenino.
Mat era homosexual hasta la médula ósea, aunque eso no era ningún impedimento para nuestra amistad. Al contrario, la avivaba.
La profesora española llegó al poco tiempo de que la clase se llenara. Ella como de costumbre únicamente saludó a las alumnas que le hacían la pelota.
Mat comenzó a hacer sus típicos comentarios sobre la señora Gutierrez, que siempre me hacían reír. Mas, esta vez yo estaba sumergida dentro de mi misma, buscando la razón por la que mi corazón cantaba cuando Jack se acercó a mí en aquel aparcamiento o cuando volví a verlo en secretaría.
Nada tenía sentido. Las piezas de este puzzle no encajaban de ninguna manera que yo conociera. Además, aquel comentario de Dora en el aparcamiento...
Tenía en la cabeza un profundo mar de preguntas sin respuesta. Por mucho que intentaba encontrar una mínima solución a alguna de ellas, sólo hayaba un precipicio que se abría ante mí.
Soñé tantas veces con él, teniendo recuerdos de un pasado que nunca viví. Aquellos sueños que me volvían loca al no entenderlos. Y, de repente, Jack apareció en mi dormitorio y me besó. Le respondí a aquel beso con una necesidad sorprendete por sentirlo. Recuerdo que esa misma noche deseé volver a soñar para poder besarlo, pero no hubo.
Era todo tan raro y difícil de comprender.
La profesora me regañó en varias ocasiones por estar distraída. Incluso Mat se dió cuenta de que algo me ocurría. Yo, sin embargo, no escuché las quejas de la profesora, ni contesté a las preguntas de Mat. Para mí, todo giraba en torno a Jack y en las respuestas que esperaba conseguir.
Un fuerte palmotazo en mi mesa me sacó de mis pensamientos de forma brusca.
- Señorita Lewis, fuera de mi clase inmediatamente - gritó alterada la profesora.
Me levanté enfadada, auque no sabía realmente por qué. Salí del aula dando un portazo y caminé por el pasillo.
Poco a poco las ganas de llorar fueron apareciendo mientras el enfado se esfumaba. Me detuve cubriendo mi rostro con las manos, ocultando las lágrimas que de mis ojos nacían.
No podía calmarme y mis sollozos llenaban el pasillo.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó una voz familiar.
Aparté las manos de mi rostro y le miré. Jack estaba mirándome preocupado mientras llevaba los libros en una de sus manos.
Sin pensármelo le abrazé y sollozé contra su pecho. Oí como sus libros cayeron al suelo y a los pocos segundos me abrazó. No me importaba no saber quién era ni por qué susurraba mi nombre mientras me apretaba contra su cuerpo. Él me había salvado la vida y sólo sabía que deseaba que no me soltara nunca.

2 comentarios:

Peio dijo...

esta genial. cuando salga el libo ya tienes a un lector

Rose Poeta dijo...

muchas gracias T_T alguien mira por fin mi bloge

Publicar un comentario