miércoles, 30 de septiembre de 2009

*Marie P.O.V*


El agua a una temperatura cálida, viajaba a través de mis cabellos retirando la espuma. La música me hacía volar a un mundo lejano. Recorría mi cuerpo con las manos ayudando al agua, a aclararme. Una sensación extraña me relajaba. Incliné la cabeza hacía atrás, de tal modo que ahora el agua caía sobre mi rostro. Entreabrí los labios cantando la canción que sonaba con dulzura. Mis musculos estaban relajandos, mi mente en un lugar lejano y yo, no sé ni dónde me encontraba.
Cerré el grifo de agua a la vez que abría los ojos y apoyaba mis brazos contra las baldosas. Las gotas de agua se desprendia de mi piel y recorrían rápidamente un corto camino hasta llegar al plato de la ducha.
Salí, y a la vez que me envolvía en la toalla, calcé mis zapatillas de baño. Caminé hasta el espejo y me miré. Esa era yo. Una mujer absurda. Posé mis manos en el lavabo y suspiré.
Un ruido de cristal roto me sobresaltó. Corté la radio rápidamente para poder escuchar mejor. Las pisadas sobre el cristal llegaban silenciosas. Salí del cuarto de baño y abrí la puerta asomando la cabeza con cuidado. No había nadie. Las pisadas había cesado, el silencio reinaba en la casa.
Los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos, la adrenalina recorría mi cuerpo. Caminé hacia mi cuarto con sigilo y rapidez, intentando no alertar al posible intruso. Al llegar a la puerta de correspondiente puse la mano en el po_
mo y lo giré con cuidado. Lo último que recuerdo fue haber visto unos grandes
ojos aguamarina mirándome.

7º Cap. Lucha interior.

*Jack P.O.V.*

¿Qué era lo que tenía que hacer? ¿Cuál era el camino
correcto? Mi mente me ordenaba una cosa, pero
mi corazón deseaba otra muy distinta.
Si lo pensaba otra vez, era imposible que fuera ella.
No había forma humana de que hubiera regresado.
Sin embargo, el olor, los ojos, la forma de sonrojarse ... Eran idénticas.
Mi cabeza analizaba cada uno de los conocimientos adquiridos hasta el momento buscando una sola manera de responder a mi pregunta: ¿Emily podría haber regresado?
"No. ¡Ja! ¿Quién querría estar contigo?" - yo mismo me contestaba. "Ojalá pudiera deshacerme de ti."
- Mejor. Así no tendría que aguantarte todo el tiempo - le contesté al monstruo.
Se cayó. A lo mejor no tenía que responderme, o por otro lado sabía que yo tenía razón.
Me senté en el suelo pegando mi espalda contra la pared. Todo mi mundo era una tortura. La única luz que me había iluminado en tantos años de oscuridad se consumió sin darme tiempo a salvarla.
Golpeé mi cabeza contra la pared sin sentir dolor alguno, aunque no podría decir lo mismo del agujero que dejé impreso como muestra de mis actos.
Deseaba la muerte como ningún otro ser. No podía, no quería seguir viviendo desde que Emily se fue.
- Reencarnación - escapó de repente de mis labios.
¡Eso era! No era una verdad científica, pero algunas religiones creían en esa misteriosa magia. El alma nunca muere.
"¡No!" - gritó mi otro yo.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que seguir viviendo en la oscuridad? Ya sé que mi raza se basaba en eso, pero yo era diferente.
"No dejaré que vuelvas a hablar con ella. Tú me obedecerás a mi" - volvió a torturarme.
- Lo siento - le dije - La decisión está tomada.
"¡No!" - gritó dentro de mi en vano.
Yo había elegido hablar con aquella joven y averiguar quién era; nadie podría impedírmelo, ni si quiera mi monstruo interior.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

6º Cap. Estoy confusa.

*Marie P.O.V.*

- Descansa por favor - pidió besándome.
- Sí. Te lo prometo - le dije cuando el beso terminó.
Suspiré en cuanto se marchó y cerré la puerta. Mi vida
había estado apunto de acabar de una forma muy
tonta. La cabeza empezó a darme vueltas en busca de
alguna respuesta.
¿Qué me había pasado? ¿Por qué había echo eso? Eran
miles las preguntas que atravesaban mi mente. Tenía
el presentimiento de que si continuaba así unos segun_
dos más, acabaría volviéndome loca.
No me sentía yo. Era como si me hubieran cambiado
el corazón por el de otra persona.
Ahora que lo pensaba, el corazón me latía como si estu_
viera enamorado al estar en los brazos de aquel hombre.
Sacudí la cabeza confundida. Estaba loca, eso seguro.
Lo que más me preocupaba era no haber encontrado
una respuesta a la pregunta de Marcus.
"¿Por qué te sonrojaste cuando ese hombre te miró? - su
voz atravesó mi cabeza.
Ese extraño me observó sorprendido cuando vió mi rostro. Yo me sonrojé y compartí su mirada,
pero él se alejó enseguida rompiendo mi abrazo. No me dió ni tiempo para agradecerle lo que había echo por mí.
¿Por qué el corazón me latía más rápido cada vez que lo recordaba? Tenía una suave melena rubia, unos hermosos ojos aguamarina y unos labios carnosos.
- Jack - escapó de mis labios.
Sonrojada y furiosa conmigo misma, llevé las manos a mi boca para sellarla. Me encontraba parada en mitad del recibidor de mi casa, con el corazón cantando en mi pecho audiblemente, roja y confusa.

5º Cap. Antiguo error

*Jack P.O.V.*

No, no podía ser. Me negaba a creerlo. No era ella. Eso sería
imposible. Tenía que estar confundido. Sí, eso era una mala jugada de mi imaginación. Ella estaba muerta, y yo la había matado.
- ¡Joder! - grité cogiendo una mesa y tirándola por la habitación.
Si pudiera llorar lo haría, pues el dolor me estaba matando por dentro. Me desplomé de rodillas en el suelo, ya sin fuerzas, apretando los puños.
- Emily ... - dije tan bajito que ningún humano podría haberlo oído.
Hacía más de 50 años que ella había fallecido, dejándome
solo en este mundo. Ella habría podido seguir viva. Se habría casado y formado una familia. Además lo más probable es que en este momento estaría disfrutando de sus nietos.
Pero no, yo le arrebaté todo eso en el mismo momento en el que entré en su vida.
Sollocé sin lágrimas lamentándome por el error que cometí hace mucho tiempo. Una vez que saqué un poco del dolor que guardaba, me puse en pie y corrí
hasta la habitación que había compartido con ella tantas veces en esta casa. Abría la puerta y para mi sorpresa Emily estaba allí, con un dedo en sus labios diciéndome que no hiciera ruido; parecía que no quería que alguien la descubriera.
Corrí a abrazarla pero se desvaneció en mis brazos antes de que pudiera tocarla. Suspiré, jamás podría recuperarla. El cielo jamás me perdonaría por haber echo sufrir a un ángel. Mi ángel.
"Aunque ella volviese jamás querría regresar a tus brazos" - dijo mi monstruo interior.
- Tienes razón - le contesté en voz alta.

martes, 22 de septiembre de 2009

*Marie P.O.V.*

- ¡Marie! - escuché como una voz me llamaba.
Giré la cabeza en la dirección de la que me había parecido que procedía la voz. Marcus venía corriendo entre la gente hacia mi posición.
Se paró a respirar cuando llegó a mi lado.
- Buenos días Marcus - le saludé con una dulce sonrisa.
Sin contestarme y sin darme tiempo para hablar, me tomó por la cintura y acercándome a él, me besó tiernamente en los labios. Cuando nos separamos, después de haber compartido un dulce beso cargado de sentimientos, ambos teníamos un leve sonrojo en nuestros rostros. Mis preocupaciones por los sueños que tenía desde hace un año desaparecieron.
- Te quiero - me dijo cogiendo mi mano.
- Yo a ti también - le contesté notando como mi sonrojo crecía.
Caminamos entre la multitud con las manos enlazadas.
Para mí cada vez que estaba con él todo lo demás lo desaparecía. Estaba enamorada de Marcus desde hacía bastante tiempo, pero habíamos empezado a salir hacía dos meses.
Caminaba mirando su rostro. Me encantaban sus ojos verdes y su melena oscura. Estaba totalmente sumergida en mi mundo por lo que no me di cuenta de dónde me coloqué para hablar con Marcus.
Un fuerte pitido me hizo girarme para descubrir a un coche que venía a toda velocidad a mi encuentro.
De repente, y como suele pasar en las películas, todo sucedía de forma lenta. Veía a Marcus cambiando la expresión de su rostro y a la gente poniendo cara de horror.
El coche estaba a pocos centímetros de mi, apunto de atropellarme. Iba a cerrar los ojos lista para sentir el impacto inminente cuando una mano me quitó de la trayectoria del coche; pegándome contra un musculoso y duro cuerpo. En pocas palabras: salvándome la vida.
¿Por qué me daba la impresión de haber vivido esta situación con anterioridad?
¿Por qué el corazón me latía tan rápido al estar en esos brazos desconocidos?
Me abracé a ese cuerpo, cerrando los ojos y dejándome innundar por el suave olor a lavanda que desprendía aquel hombre.

*Jack P.O.V.*

Todos mis instintos estaban agudi_
zados al máximo. Las primeras luces del alba se reflejaban en mis afilados colmillos. Mi cuerpo estaba preparado para saltar. La ponzoña fresca inundaba mi boca y mi presa corría lejos del lugar, alerta por el peligro que yo suponía.
Salté de la rama en la que me encontraba sin hacer ruido.
El olor dulce de la sangre llenaba todo mi ser, cautivándome.
Corría al encuentro de mi presa guiándome por los ruidos que esta producía al huir de mi. El monstruo dentro de mí gritaba por liberarse. La rojiza luz del amanecer se colaba entre los árboles iluminando tímidamente el paisaje nocturno.
Estaba ya cerca de mi presa, podía empezar a degustar el sabor de su sangre cuando mis ojos por fin la vieron.
Se encontraba a unos pocos pasos de mí; estaba parado saciando su sed por la anterior carrera, en un pequeño riachuelo.
Sin hacer ruido me acerqué a él y lo agarré con mis fauces por su cuello. Incando mis colmillos con cuidado para no causarle demasiado daño.
La ponzoña rápidamente entró en la circulación sanguínea de mi presa ahogando sus gruñidos al intentar escapar.
Poco a poco el cervatillo se fue dejando caer moribundo en la hierba.
Yo con la rapidez propia de mi especie me dispuse a saciar con su sangre, el apetito. La calidez de esta recorría ahora mis venas dándome fuerzas en esta "no vida".
Una vez el monstruo de mi interior se calmó, me recosté en el hierba dejándome acariciar por la luz de un nuevo día.

2º Cap. Sueños robados.

*Marie P.O.V.*

- ¡Jack! - grité asustada levan_
tándome de la cama.
Me llevé las manos a la cara. Estaba fría y pegajosa por el sudor.
Sollocé un rato sacándome el dolor que me ahogaba por dentro.
Llevaba varios meses teniendo los mismos sueños. Recuerdos de una vida que no era mía, aunque yo era la protagonista de todos ellos. Sequé mis ojos con el dorso de la mano y respiré profundamente.
Mi cuarto estaba todavía bañado por el manto de la noche. Aunque, se podían ver las primeras luces del alba por la ventana.
Caminé hasta el cuarto de baño y encendí la luz.
Lavé mi rostro con agua fría para así, lograr despertarme. Apoyé mis húmedas manos en el lavabo y busqué mi reflejo en el espejo.
Las imágenes de mi último sueño todavía estaban recorriendo mi mente.
" - ¡Jack! - gritaba corriendo tras su figura que se estaba alejando.
Pero él, no se giraba. Corría más y más, gritando su nombre; pero era en vano. Su robusto cuerpo estaba más lejos de mí, a cada paso que yo daba."
Finalmente desperté.
Ahora que lo pensaba con tranquilidad, este sueño había sido diferente. No se trataba de un recuerdo, si no de un sentimiento convertido en pesadilla ... Alguien, había robado mis sueños y me estaba haciendo recordar algo que yo nunca había vivido.

1º Cap. Brisa otoñal

*Jack P.O.V.*

Un nuevo suspiro escapó de mis labios mientras miraba la hermosa puesta de sol apoyado en el balcón.
La suave brisa de septiembre jugaba con mis rubios cabellos.
Por una vez en mucho tiempo, me sentía en paz.
Cerré mis ojos para así, poder disfrutar con mayor precisión de aquella brisa otoñal. Pasaron los segundos y aquella paz me seguía recorriendo.
Una imagen comenzó a formarse en mi mente. No podía distinguirla pues una espesa neblina la envolvía.
Poco a poco, comencé a distinguir la silueta de una mujer. La mujer a quien yo amaba. Mi muerto corazón se contrajo por el dolor de su recuerdo.
- Emily ... - escapó de mis labios.
Ahora podía ver perfectamente su delicada figura bajo un vestido blanco. Sus castaños cabellos caían por sus hombros formando graciosos tirabuzones. En su hermoso rostro había una dulce y tímida sonrisa. Sus ojos chocolate me miraban con cariño.
Apreté con fuerza la barandilla del balcón en la cual descansaban mis manos. El crujido del hierro bajo la hercúlea fuerza de mis manos me sacó de mi ensoñación.
Retiré con cuidado las manos de la barandilla. La marca de mis dedos se podía apreciar con facilidad.
Una vez más la brisa otoñal me acarició recordándome el suave roce de la mujer a la que amaba.
- Emily ... - susurré cerrando los ojos mientras guardaba en mi muerto corazón la última cálidez del crepúsculo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Prefacio.

Momentos muertos que son sólo recuerdos.
Los años van pasando pero no consigues olvidarlos.
Aquellos recuerdos que en tu corazón siguen estando.
Pero fallaste, aunque lo intentaste impedir.
Igual que las promesas rotas que quedaron por cumplir.
Ya no lucho por lo que quiero y recordando yo muero.

Dedicatoria.

Me veo caer en el abismo de mis pensamientos una vez más, tan desagradable, tan mundano, yo no puedo salir de él, no puedo vivir sin caer.
No me salvan ya mis melodías, caigo en el agujero de mis pensamientos, casi sin aliento digo al viento mi último deseo: " I want to fly on the clouds"
Ahora caigo, pero hacia las nubes ...
Terra.

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